Es un método no invasivo para prevenir o atenuar las líneas de expresión ocasionadas por la acción del tiempo. La toxina botulínica le otorga al rostro frescura al lograr un punto medio entre la relajación y la contracción muscular.
El paciente puede optar por la toxina botulínica como complemento de una cirugía de cara o de manera preventiva para evitar que las líneas de expresión se conviertan en arrugas. Se aplica en las zonas de la frente, el entrecejo, alrededor de los labios y de los ojos, la comisura de la boca y el mentón.
También se emplea para la hiperhidrosis, es decir para la sudoración excesiva de axilas y manos, para migrañas y contracturas cervicales.
El Dr. Juan Carlos Comitre aplica hace más de 25 años la toxina botulínica y ha participado en ponencias a nivel nacional e internacional, siendo portavoz de varias marcas como Botox, Reage y Redux, y haciendo demostraciones de la técnica y efectividad del procedimiento.